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Arte

Mirar con nuevos ojos: Un juego con Antoni Tàpies

erwin esquivel c

Dibujo: Erwin Esquivel

El juego de saber mirar
Antoni Tàpies


¿Cómo hacer para mirar limpiamente, sin querer encontrar en las cosas lo que nos han dicho que debe haber,
sino simplemente lo que hay?
He aquí un juego inocente al que os propongo juguemos.
Cuando miramos, normalmente sólo vemos lo que se nos da a nuestro alrededor: cuatro cosas –a veces muy
pobres– vistas sólo por encima en medio del infinito.
Mirad el más sencillo de los objetos. Tomemos, por ejemplo, una vieja silla. Parece que no es nada. Pero pensad
en todo el universo que incluye: las manos y los sudores cortando la madera que un día fue árbol robusto, lleno de
energía, en medio de un bosque frondoso en unas altas montañas, el trabajo amoroso que la construyó, la ilusión que la
compró, los cansancios que ha aliviado, los dolores y las alegrías que habrá aguantado, quien sabe si en grandes
salones o en pobres comedores de barriada… Todo, todo participa de la vida y tiene su importancia. Hasta la silla más
vieja lleva en su interior la fuerza inicial de aquellas savias que ascendían de la tierra, allí en los bosques, y que aún
servirán para calentar el día en que, astillada ya, arde en algún hogar.
¡Mirad, mirad a fondo! Y dejaos llevar plenamente por todo cuanto hace resonar dentro de vosotros lo que nos
ofrece la mirada, como quien va a un concierto con el vestido nuevo y el corazón abierto con la ilusión de escuchar, de
oír sencillamente con toda pureza, sin querer a toda costa que los sones del piano o de la orquesta hayan de
representar forzosamente un determinado paisaje, o el retrato de un general, o una escena de la historia. A menudo se
querría reducir la pintura a esta mera representación.
Aprendamos a mirar como el que va a un concierto. En la música hay formas sonoras compuestas en un
fragmento de tiempo. En la pintura formas visuales compuestas en un pedazo de espacio.
Se trata de un juego. Pero jugar no significa hacer las cosas “porque sí”. Y como en todos los juegos de niños, los
artistas tampoco hacen las cosas “porque sí”. Jugando… jugando, de pequeños, aprendemos a hacernos mayores.
Jugando… jugando, hacemos crecer nuestro espíritu, ampliamos el campo de nuestra visión, de nuestro conocimiento.
Jugando… jugando, decimos y escuchamos cosas, despertamos al que se ha dormido, ayudamos a ver a quien no sabe
o a quien le han tapado la vista.
Cuando miráis, no debéis pensar nunca lo que la pintura –o cualquier otra cosa de este mundo– “ha de ser”, o lo
que muchos quieren que se limite a ser. La pintura puede serlo todo. Puede ser una claridad solar en medio de un soplo
de viento. Puede ser una nube de tormenta. Puede ser la huella del pie de un hombre en el camino de la vida, o un pie
que ha golpeado el suelo –¿por qué no?– para decir “¡basta!”. Puede ser un aire dulce del alborada, lleno de esperanzas,
o un aliento agrio que despide una cárcel. Puede ser las manchas de sangre de una herida, o el canto en pleno cielo
azul, o amarillo, de todo un pueblo. Puede ser lo que somos, el hoy, el ahora y el siempre.
Yo os invito a jugar, a mirar atentamente… yo os invito a pensar.

¿Cómo mirar más allá de lo evidente?

Antoni Tàpies, reconocido artista catalán, nos invita a un juego: mirar limpiamente, sin preconceptos, sin buscar en las cosas lo que nos han dicho que debe haber, sino simplemente lo que hay.

El poder de la mirada profunda:

Tàpies nos propone observar un objeto simple, como una vieja silla. A simple vista, parece nada. Pero si miramos con atención, descubrimos un universo: las manos que la crearon, la madera que fue árbol, la vida que ha presenciado. Cada objeto, por simple que sea, tiene su historia, su energía, su importancia.

Mirar como quien escucha música:

El artista compara la experiencia de observar una obra de arte con la de escuchar un concierto. No se trata de buscar significados predefinidos, sino de abrirse a la experiencia, de dejarse llevar por las formas, los colores, las texturas. La pintura, como la música, es un lenguaje que nos habla a través de la sensibilidad.

Jugar para crecer:

Jugar no es hacer las cosas “porque sí”. Es una actividad esencial para el desarrollo del ser humano. Jugando, exploramos, aprendemos, expandimos nuestra visión del mundo. El arte, en este sentido, es un juego que nos invita a mirar con nuevos ojos, a pensar por nosotros mismos, a descubrir la belleza y la complejidad de la realidad.

¿Qué puede ser la pintura?

La pintura, según Tàpies, puede serlo todo: una claridad solar, una nube de tormenta, un pie que golpea el suelo, un canto en el cielo azul. No hay límites para su expresión. Puede reflejar la realidad, la imaginación, las emociones, las ideas.

Un llamado a la libertad:

El artista nos invita a despojarnos de las imposiciones y mirar con libertad. A través de la mirada atenta y la reflexión personal, podemos descubrir nuevas perspectivas, ampliar nuestro conocimiento y desarrollar nuestra capacidad crítica.

¿Te animas a jugar?

Te invito a aceptar la propuesta de Tàpies. Observa tu alrededor con atención, sin prisa. Deja que las cosas te hablen, te inspiren, te hagan pensar. Juega con la mirada, descubre, libera tu imaginación.

¿Qué te ha revelado este juego? Comparte tus experiencias y reflexiones en los comentarios.

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Recuerda:

  • No busques significados predefinidos.
  • Abrete a la experiencia.
  • Deja que las cosas te inspiren.
  • Piensa por ti mismo.
  • Diviértete jugando.

¡Empieza a explorar el mundo con una mirada nueva!

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